Según Claudio Fioretti, genetista de Cabaña Los Retoños , el foco pasa por desarrollar un portafolio amplio que incluya respaldo y calidad para los desafíos productivos de la ganadería de la región.
-¿Cuánto creció la importancia de la genética en la actividad ganadera?
– Hoy contamos con herramientas de evaluación genética para usar que no teníamos años atrás. Hoy está mucho más difundida la Inseminación Artificial y el trasplante de embriones, tenemos datos genéticos de muchos toros padres en Argentina de las razas de carne. Hay muchas empresas de inseminación que están trabajando con muy buenos toros. Las razas han avanzado mucho genéticamente, y en el fondo, tenemos más herramientas para ser más precisos.
Entonces uno en el fondo se anima a ir más rápido, a seleccionar por más precocidad; a seleccionar por mayor crecimiento, pero manteniendo un bajo eso al nacer (para evitar los problemas de parto), se anima a trabajar con animales de mejor conformación carnicera. Y a tener hembras más productivas, con mayor cantidad de leche (o la cantidad adecuada), buenas criadoras, en fin, un montón de elementos para evaluar la genética hoy en día. Y tampoco podemos detenernos, porque si nos ponemos a pensar, los toros que hoy ofrecemos nosotros y otras cabañas, son el producto de las inseminaciones de 2 o 3 años atrás. Entonces es muy difícil frenar ante una situación adversa.
En una Cabaña uno tiene echado a andar el negocio, y entonces el productor a eso lo valora, y por eso las cabañas se mantienen en tiempo y ofrecen productos mejores.
– ¿Hasta dónde la competencia entre cabañas redunda en un beneficio de todo el sector?
– En un marco de sana competencia, nos visitamos mutuamente. Pero a «Los Retoños» no le interesa competir con alguien en particular, sino que trabajamos para superarnos día a día. Queremos tratar que nuestros productos sean mejores año a año, que le funcionen al productor para que nos vuelva a visitar, que lo compren por una relación precio producto adecuada, para preñar un rodeo general o una vaca plantelera (que obviamente tendrá otro precio). Pero somos proveedores de genética para el campo argentino. Tenemos distintas opciones en reproductores y embriones, hay donantes y próximamente venderemos algo de semen. Trabajamos con Braford y Brangus y ya restamos incorporando el Angus, en breve también el Brahman, para proveer un verdadero supermercado genético con variabilidad de estas razas en esta zona que es el centro de Argentina. Lo principal es hacer genética para el productor comercial, ese es el principal objetivo. Si en esa camada sale un padre para una cabaña, bienvenido sea.
– ¿Prefieren apuntar a ejemplares de exposición o a mejorar los rodeos generales?
– Vamos a las exposiciones y las disfrutamos, pero creemos que el verdadero mejoramiento genético pasa por evaluar grandes grupos de contemporáneos a campo, donde uno puede ver realmente la expresión genética o la diferenciación cuando todos tienen el mismo tratamiento. En eso basamos las ideas, incorporamos genética de afuera, de centros, o compramos una donante, hacemos mucho trasplante, estamos trayendo unos packs muy grandes de embriones de Brahman de Paraguay, una raza que ha avanzado mucho, con líneas propias y americanas y colombianas.
Con lo cual, nos nutrimos bastante de insumos que nos parecen oportunos, pero nuestro objetivo es ese, que al criador comercial vecino le vaya bien, sobre todo a los zonales, ya que vendemos genética a 300 kilómetros a la redonda, pesa que vienen de todo el país. Por eso la importancia que le damos a San Cristóbal, San Justo o San Javier. De ahí viene donde palpamos gran parte de nuestro trabajo.