La buena nueva de haber conseguido la habilitación sanitaria para exportar a China puso en alerta a productores de legumbres del sur santafesino ante el temor de un posible efecto negativo: el desplazamiento de pequeños productores por parte de grandes empresas que podrían incrementar el nivel de integración vertical e incluso desabastecer al mercado interno.
“Con la demanda China por más alimento, crecerá la demanda de tierras para más producción de legumbres, desplazando al pequeño productor arverjero en primer lugar, y compitiendo con los pequeños productores sojeros arrendatarios que terminaron mal parados en esta campaña. La cartelización que ya existe, dará paso a la producción vertical integrada, y el riesgo concreto de que impacte en el precio y abastecimiento del mercado interno”, advirtieron en un comunicado la Asociación de Productores Agropecuarios Santa Fe Sur y la filial regional de FAA.
En el texto afirman que la pandemia está sirviendo para “tapar problemas que los pequeños y medianos productores” que vienen de arrastre. “Los datos claros de la realidad indican que estamos ante una nueva camada de productores prestos a desaparecer en el Sur de la provincia de Santa Fe y Norte de la Provincia de Bs As”, advierten.
En la zona -sostienen- abundan los chacareros arrendatarios, que en la actual campaña sufrieron el rigor del clima. Por la falta de lluvias en los alrededores de Rosario los rendimientos de soja promediaron 13qq/ha, “no llegando a cubrir los costos de alquiler”.
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Esto motivó un pedido de atención a autoridades políticas de la provincia que no fueron respondidas. “A pesar de las gestiones y pedidos realizados ante ambas Cámaras Legislativas de la provincia de Santa Fe para que declare la Emergencia, el Ministerio de la Producción nunca se dio por enterado”, protestaron. A su vez, desde Nación nunca definieron cómo se devolverán las retenciones, a lo que suman “una economía que producto de la cuarentena tambalea”. Se trata, dicen, de un “cóctel explosivo que parece ser terminal” al que ahora, con la noticia de la apertura de China a las legumbres argentinas, “se le agrega la incertidumbre de lo que para muchos es una excelente noticia”.
El hecho, si bien admiten que abre un promisorio panorama a Pymes que agregan valor y generan trabajo en las comunidades rurales, también asusta al sector. En tanto cultivo de invierno, las legumbres -explican- brindan “fertilización y oxígeno no solo a la tierra, sino principalmente a los productores, que en forma directa, subalquilado su parcela, o en forma asociada, logran llegar con buen pie a la siembra de fina o gruesa”.
De los 361 productores de arveja de Santa Fe que producen cerca de 13.000 hectáreas, el 10 % de los productores concentran prácticamente el 50% de la superficie sembrada; un 20 % más del 25 % de la misma, y; por lo tanto el 70 % de los productores, realizan sus labores sobre el 25% de la superficie sembrada. “Claramente, la arveja es un cultivo que, al igual que muchas producciones se va concentrando en pocas manos”, advierten.
El temor de los charareros es que, sin asistencia financiera, los grandes actores avancen sobre los campos de quienes hoy no pueden pagar las cuentas. “Con los efectos de la sequía ya consumados, los resultados productivos condicionan la cancelación de los pagos comerciales y bancarios. Por lo tanto el financiamiento será el principal insumo para encarar la siembra de legumbres o el nuevo ciclo agrícola”, alertaron.
También los contratos de arrendamiento “van a volver a estar sobre el tapete en la nueva campaña”, anticiparon, por lo que consideraron urgente “establecer una nueva Ley de Arrendamiento que ordene y clarifique, no solo el uso y la tenencia de la tierra, sino los plazos, sus cuidados y los riesgos productivos compartidos”.
Al respecto sostuvieron que las tasas de interés que ofrecen los bancos son un “salvavidas de plomo” y piden subsidiar la tasa de financiamiento para los productores que se declaren en emergencia por sequía.
FUENTE: Campolitoral