En la apertura del 7°Congreso de Extrusores y Biopymes, el Secretario de Agricultura adoptó un tono marcadamente político. Criticó ideas de la oposición y hasta tomó distancia de acciones realizadas por el propio gobierno.

En un extenso discurso, que superó ampliamente la temática específica del 7º Congreso de Extrusores y Biopymes, desarrollado este jueves 5 de octubre en la Bolsa de Comercio de Santa Fe, el Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo, se esmeró en brindar definiciones políticas -más propias de la campaña electoral- que en proponer soluciones a un sector de la agroindustria que sufre los efectos de la gestión económica del gobierno nacional. Así, en más de una oportunidad se diferenció de las propuestas de la oposición para el sector y hasta tomó distancia dentro del propio oficialismo.

Ante un auditorio compuesto de pequeños industriales que transforman soja en aceite y expeller, muy afectados por la brecha cambiaria entre el «dólar soja» y la cotización oficial, el funcionario planteó que no hay solución en el corto plazo. «Si no es bajo el equilibrio fiscal y la acumulación de reservas, la brecha que tanto les jode a ustedes, y los entiendo porque realmente los perjudica, no se va a solucionar», les espetó.

Tras aclarar que «no es una decisión dogmática, ni es una visión política», planteó que «es consecuencia del faltante dólares; cuando tengamos dólares se va a terminar la brecha y cuando se termine la brecha se termina el cepo, no hay magia».

Entonces disparó contra quienes proponen soluciones diferentes. «Si alguien pretende corregir la brecha por una decisión administrativa del Banco Central, eso es una evaluación del 100%», afirmó. Tras lo cual añadió que implicaría «llevar la pobreza del 40%, que ya es un número que nos duele como sociedad, al 70 o al 80% y eso es insostenible en términos de convivencia social».

Por otra parte, también tuvo definiciones contundentes sobre los derechos de exportación. Incluso alguna disruptiva, como que si se eliminaran completamente el país podría «sojizarse» y -a causa de una mayor oferta de poroto- generar un perjuicio económico a los productores.

«Hay que ir a un programa de baja de retenciones; cuanto mayor valor agregado hay, menor tiene que ser la retención», dijo. Luego propuso «tender a un esquema de retenciones», sin eliminarlas totalmente, en un marco de «ordenamiento territorial» que contemple rotación de cultivos y la preservación del suelo. «Si vamos, desde una cuestión dogmática y casi poco prudente, a retenciones cero a todos los cultivos, producimos una sojización del país». Incluso fue más allá y planteó que si así ocurriera «habrá que hacer otro número y ver cómo juega eso en los mercados internacionales y en la expectativa de precio y si no nos termina perjudicando».

Sobre esto también planteó la dicotomía político-electoral. «Quien les diga que les va a quitar la retención de un día para el otro», advirtió, «no lo va a poder lograr; y lo que yo quiero es que ustedes no se vuelvan a frustrar como ya se frustraron con una baja retenciones y una reimplantación«, dijo en referencia al gobierno de Mauricio Macri. Incluso también se distanció del kirchnerismo puro en esta cuestión: «me hago cargo que alguna vez nuestro sector político hizo de las discusiones una cuestión casi intocable y para nosotros no es así».

Unidos, pero distintos

El eje discursivo del Bahillo se centró en la falta de dólares y justificó en ese hecho el accionar del gobierno, por ejemplo al aplicar distintos tipos de cambio. La pérdida de u$s 21.000 millones por la sequía, más los vencimientos de la deuda, «fueron una situación muy complicada», dijo, que se transitó «sin ajuste». Y aunque derivó en un incremento de la inflación, sostuvo que la salida «no es rompiendo todo, como prometen algunos», en clara referencia al candidato Javier Mieli. A quién también lo señaló elípticamente al afirmar que «no existe lo que dice algún candidato de que no le va a vender a determinados países por diferencias ideológicas; si los países no se ponen de acuerdo en los protocolos sanitarios, los privados no pueden comerciar». Si bien reconoció al auditorio que no era el lugar para hacer proselitismo, remarcó que la solución económica no se logra «rompiendo todo como sugieren algunos y no es sobre la base del ajuste y del achique».

También ensayó «una autocrítica» al señalar que los daños de la «sequía de dólares», además de ser consecuencia del clima, es también «producto de los vencimientos que nos dejó el gobierno anterior y que nuestro ministro de economía anterior (Martín Guzman) no supo renegociar de manera idónea; nos generamos nosotros la deuda, pero cuando se renegociaron los vencimientos habría que haberlos puesto de otra manera y no como se pusieron en un cronograma electoral que altera fuertemente el funcionamiento de los mercados». En el mismo sentido, disparó: «no cuidamos los dólares en los primeros dos años y medio (de gobierno) como los debíamos haber cuidado». Por entonces, dijo, se generaron «saldos comerciales importantes», que hubiesen permitido llegar al presente «con algo de acumulación de dólares que no nos pongan en una situación de tanta vulnerabilidad y realmente no lo hicimos».

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