Con apenas 106.000 toneladas, la producción se derrumbó 72% respecto del año pasado y casi 81% al compararla con la campaña 2022/23. El rendimiento promedio de grano cayó 49% y 55% en metros de bolsa de silo. El algodón no logra terminar la campaña.
El título del último reporte semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA), que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe, es más que elocuente sobre el saldo que dejó en el centro norte santafesino el histórico ataque de Dalbulus maidis: «Final del ciclo del maíz tardío, para el olvido pero, con mucho aprendizaje».
El sondeo indica que hubo altos porcentajes de humedad ambiente, vientos de direcciones variables y ausencia de precipitaciones, por lo que durante la última semana se notó el movimiento de cosechadoras y equipos en el proceso de recolección de los cultivos de la campaña gruesa.
La campaña 2023/24 de maíz tardío, se destacó porque «en su totalidad los cultivares mostraron claramente el daño provocado por la presencia de Spiroplasma kunkelii, su vector la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis)». Y añade el informe: «la expansión fue tan dinámica que originó escenarios muy complejos y sin antecedentes».
La superficie sembrada fue de 98.500 ha, mientras que se recolectaron, para grano comercial, 42.650 ha. La superficie destinada al autoconsumo habría sido de unas 6.100 ha.
El rendimiento promedio de grano por hectárea fue de 25 qq/ha y la producción total apenas superó las 106.000 toneladas. Mientras que la productividad para silo promedió 4 metros de bolsa por hectárea.
El informe incluye un resumen de las últimas siete campañas para el cultivo en la región, que demuestra el derrumbe productivo que causó la chicharrita.
Al medir el volumen total de grano, este año se produjeron en la región 269.125 toneladas menos (-72%) que en 2023 y 445.558 toneladas por debajo (-81%) de la campaña 2021/22. En tanto que el rendimiento fue 49% inferior a los 49.25qq/ha del año pasado y 68% más bajo que en el ciclo 2021/22, que promedió 79qq/ha.
Por su parte, el picado y embolsado tuvo este año un rendimiento 55% por debajo de los magros 9 metros de bolsa por hectárea que se habían logrado de 2023; y 70% inferior a los 13.5 metros de 2022.
Esta magra performance del cultivo tardío se dio tras una muy mala campaña del maíz de primera, con la superficie sembrada más baja en casi una década y un área cosechada que resultó la menor desde que SEA monitorea la región.
Algodón
Mientras tanto, el último cultivo que aún queda por cosechar de la campaña 2023/24 es el algodón. La recolección, con ritmo lento durante la última semana como consecuencia de las condiciones ambientales, alcanzó al 82% de la superficie.
«Continuó siendo regular la calidad de las fibras y de las semillas, dada la aparición de patógenos y se detectaron cápsulas dañadas por las condiciones que atravesó el cultivo, al igual que en la calidad de las semillas», detalló el SEA.
Hasta el momento, la cosecha mostró en el sector este un 96 % de avance, con un rendimiento promedio de 1.300 – 1.400 kg/ha, mínimos de 600 – 700 kg/ha y máximos de 3.000 a 3.100 kg/ha. En el sector oeste, llega al 80 % de avance, con un rendimiento promedio de 1.700 – 1.800 kg/ha, mínimos de 1.200 – 1.250 kg/ha y máximos de 3.200 a 3.500/ha