Bajo el título “Impuesto al progreso”, un comunicado de CRA advierte que nuevos tributos o el aumento de los existentes atenta contra la creación de valor y la generación de riqueza. “Hay más de 168 tipos de tributaciones distintas y 35.000 normativas se generan toda clase de distorsiones”, observaron.
La posibilidad de crear un nuevo impuesto, esta vez a las “grandes fortunas”, que se sume al manifiesto furor recaudatorio del Estado nacional (que acompañan con entusiasmo provincias y municipios) puso en alerta a CRA, que condenó la idea por considerarla un “Impuesto al Progreso”. El enojo se potencia al considerar que al mismo tiempo se intentan aumentar impuestos los ya existentes, se superponen tributos y se mantiene desactualizada bases imponible para el pago de Ganancias.
“En los sectores productivos nuevamente se encienden las señales de alarma, esta vez por el proyecto del oficialismo de un «Aporte Extraordinario Solidario» -título pomposo y resonante- pero que como siempre en estos proyectos no tiene en cuenta las características productivas del país, y no por animosidad, sino simplemente por desconocimiento”, dice el parte que lleva por título “Impuesto al Progreso”.
Para los ruralistas se trata de “viejas recetas, poco estudiadas, con grandes falencias técnicas y poca impronta intelectual” que tienden a repetir errores en la creencia de que esta vez habrá resultados diferentes.
“Propuestas como la de incremento de impuestos a las Ganancias con un aumento de alícuota al 41% sin reducir ninguna otra de las tributaciones existentes, y ahora con el Proyecto de las Grandes Riquezas que no genera nuevamente más que incertidumbres y falta de señales claras para el sector” abruman al agro, ya que se superpone a la tributación de bienes personales, “es una clara ignorancia de cómo se genera valor desde principal proceso productivo de la República Argentina que son las cadenas agroindustriales, donde el primer eslabón de las mismas (aquel que enciende la llave del proceso productivo; ya que no se puede industrializar y comercializar lo que no se tiene) es el campo; y justamente por esta razón este mismo eslabón es el primero en mérito”.
Los confederados sostienen que la dirigencia no tiene en cuenta la heterogeneidad del sector, lo que podría tener “consecuencias graves”. Por ejemplo en las actividades extensivas donde el recurso tierra tiene un alto peso en el capital invertido pero que no genera una rentabilidad por sí mismo acorde a su cuantía, sino que forma parte del sustento productivo y solo aporta al proceso de producción con su «costo de oportunidad». O en aquellas otras como las Economías Regionales donde el proceso de producción implique altas inversiones por unidad como la vid, el ajo, los cítricos, olivos y tantos otros.
Con datos del FMI (Fondo Monetario Internacional), CRA recordó que Argentina posee la mayor carga tributaria de América Latina con el 58%, si se suman los tres estamentos del Estado: Nacional, Provincial y Municipal. También citó al Banco Mundial, que recientemente expresó que la presión impositiva en la Argentina era la segunda a nivel global. “Más allá de los informes lo cierto es que en un país donde hay más de 168 tipos de tributaciones distintas y 35,000 normativas se generan toda clase de distorsiones desde impuestos en cascada como el de Ingresos Brutos, pasando por superposiciones impositivas como la del impuesto al cheque (pagas un impuesto por pagar impuestos), hasta la falta de ajuste inflacionario en el impuesto a las Ganancias, y ahora con riego de sumar un Impuesto más, una piedra más, a la pesada mochila impositiva que lleva cualquier emprendedor de cualquier sector en el país”.
Según el responsable del Depto. Económico de CRA, Matías Lestani, hoy el 77% del Ingreso del productor termina en manos del Estado, con el 23% restante el productor debe pagar todos los costos de producción, vivir y reinvertir. Por lo tanto, “la alta carga impositiva reduce beneficios y deja menor capital para reinversión productiva, quita capacidad de buffer frente a situaciones adversas como sequías, inundaciones e incendios como se sufrieron recientemente en muchas zonas productivas, afectando la resiliencia del productor en una industria que es a cielo abierto, esto genera desincentivos productivos, una pauperización de la producción y por último el abandono y la salida del sector de es productor”.
El comunicado remarca que los funcionarios están “muy lejos de generar los mecanismos adecuados” que derive en una participación virtuosa del Estado. “Recurren a recetas de probada improductividad en base a las urgencias de las necesidades de financiamiento”, acusan, y lo hacen sin tomar en cuenta como es el mecanismo de generación agregado de valor del sector agropecuario. “En Argentina lo urgente se vuelve constante, los problemas de fondo nunca se solucionan, solo se emparchan y se ensayan paliativos que en el mejor de los casos tienen una cuestionable eficacia”, protestaron.
Tras una análisis extenso y detallado, que incluye las herramientas o estrategias que adoptan paíces vecinos como Uruguay o Brasil, finalmente el documento concluye que el actual rumbo tributario causará “menos producción, menos granos, menos frutas, menos verdura, menos leche y menos carne. Serán los resultados inequívocos de este Proyecto de impuesto al progreso”.
FUENTE: CRA/Campolitoral