Fuente: El Campo Hoy / Cadena 3 Argentina
El próximo 2 de noviembre, las tradiciones gauchas vuelven a vivir en un festival criollo único en el país. El sueño de un grupo de amigos que ya es parte de la agenda del campo argentino.
FOTO: Huellas de Tradición exhibe ponchos, recados y platería gaucha de antaño.
FOTO: De palo a pique. Tal como eran los corrales antes de la llegada del alambrado.
FOTO: Danzas típicas de todo el país se darán cita en Coronda una vez más.
En la zona rural de Coronda, Santa Fe, «Huellas de Tradición» ya es una fiesta en la que tratan de revivir las actividades que se hacían en el campo, antes de la llegada de tecnologías como el alambrado y los corrales.
Su fundador, Osvaldo Raimondi, le explica a El Campo Hoy que la idea nació con un grupo de amigos apasionados por el campo «que queremos rescatar y mostrar a los más chicos los pormenores de las tareas rurales a la vieja usanza».
Según resaltó «hoy disponemos de mangas, corrales, alambrados; pero antes, las actividades ganaderas eran pura exclusividad de la baquía de los paisanos de a caballo».
«Por eso intentamos recrear aquellas actividades: para dimensionar la enorme gesta que llevaron a cabo. Por eso los corrales de palo a pique; el mangrullo; la propiedad del animal por medio de una marca; cómo se señalaba, cómo se castraba, los distintos tipos de cortes de cola (a machos y a hembras para contar a la pasada). En fin, es mantener la esencia de lo que fue lo nuestro antiguamente, y que los chicos logren verlo y no que se lo cuenten».
La agenda de un día criollo
Según anticipó, el próximo sábado 2 de noviembre, se realizará una nueva edición de este evento tan singular, que forma pare del cierre de lo que se inició en marzo, cuando un grupo de entusiastas de todo el país llevó desde este establecimiento caballos criollos para amansarlos y devolverlos ahora listos para el trabajo en el campo.
«Vamos arrancar con el concurso de domadores, de los caballos que fueran entregados en el pasado mes de marzo. Los muchachos están haciendo un muy buen trabajo, y ese 2 de noviembre la mansedumbre con la que los devuelven será analizada por un jurado de idóneos en la materia. Son caballos domados 100% a campo, para las actividades y las tareas rurales».
«Luego hacemos la primera pasada del aparte campero en el que están invitados a apartar hacienda dentro de los corrales, por tiempo y con premios».
Al mediodía es el turno de las danzas típicas con vestimentas de cada región del país. Seguimos con una charla de doma a cargo de David Filidoro, seguido por el gran almuerzo criollo.
Por la tarde, la segunda pasada del aparte campero por tiempo, enlazada de a caballo, pialada por cuarteto, rotando y tirando a 4 terneros a cada equipo.
Continúa la muestra de los recados antiguos (platería, sogas) y un paseo de ponchos antiguos.
Más tarde arranca un fogón y la cena, con un buen servicio de pulpería, instalaciones que están inaugurando para esta ocasión, junto con una pequeña capilla. Y anticipa que «el próximo rancho (en construcción) va a ser un museo de cosas criollas. Queremos emular a lo que fue el fuerte Santi Spíritu muy cerca de aquí, con los corrales, las empalizadas y su filosofía de trabajo», sintetiza Raimondi.