Es la conclusión de un informe realizado por Casafe, analizando la experiencia de buena prácticas de fitosanitarios en 34 localidades de todo el país. También se observó que las zonas de amortiguamiento funcionan mejor que las de exclusión en preservar la productividad y la seguridad de zonas aledañas.
La Cámara de de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), presentó un documento que recopila y analiza la experiencia de buenas prácticas de aplicación de fitosanitarios en 39 jornadas realizadas en 34 localidades del país, con condicones ambientales diversas.
El principal hallazgo es que la adopción de las Buenas Prácticas minimiza la ocurrencia de derivas, preservando la seguridad de las comunidades aledañas. Las derivas promedio fueron de 9,7 m para aplicaciones terrestres y 45 m para aplicaciones aéreas.
“La dimensión de las derivas relevadas a lo largo de treinta y nueve jornadas, ha corroborado a campo las recomendaciones que proponen distancias orientativas de 100 y de 200 metros para establecer las zonas de amortiguamiento para aplica-ciones terrestres y aéreas, respectivamente”, dice el informe.
Asimismo, reconoce que las zonas de amortiguamiento, donde se pueden realizar aplicaciones de agroquímicos controladas por un profesional, propician un equilibrio entre la producción y el cuidado del ambiente y las personas, a diferencia de las zonas de exclusión, donde no se permite la aplicación de ningún fitosanitario. Estas últimas, “producto del abandono, pueden generar espacios para el desarrollo de insectos, malezas, enfermedades, basurales y resguardo para animales que afectan la productividad y bienestar de las áreas vecinas”.
Otro punto que se destacó en las conclusiones del documento fue que la regulación antideriva posibilitó, hasta cierto punto, no depender tan intensamente de las condiciones meteorológicas imperantes, con respecto a una regulación convencional de los equipos terrestres y aéreos.
Esto, aclara la investigación, no implica dejar de considerar las condiciones ambientales al momento de asperjar un fitosanitario,sino que reafirman “la importancia de adoptar ciertas tecnologías y regulaciones como forma de conseguir aplicaciones más seguras en diversas circunstancias, conforme a las BPA.”
El documento, además, dio cuenta de la necesidad de un ordenamiento territorial que establezca los límites entre el área urbana y rural, junto con la creación de ámbitos de diálogo locales entre distintos actores, para propiciar acuerdos sustentables en la comunidad y el rol de control y fiscalización del Estado.
FUENTE: CASAFE/Campolitoral