El diputado Luciano Bugallo (Coalición Cívica) detalló a El Campo Hoy los fundamentos de una norma que pretende adaptarse a la realidad productiva de hoy.
«En primer lugar, lo que tratamos de hacer es terminar con un desorden legislativo que tenemos a lo largo y a lo ancho de la provincia de Buenos Aires», expresó el legislador.
Es que de los 135 municipios que tiene la provincia, hay 87 ordenanzas distintas que regulan sobre aplicaciones en el territorio provincial: 71 ordenanzas regulan distancias; otras regulan cuestiones de uso y algunas, incluso prohíben la aplicación de ciertos productos (que están avalados y aprobados por por el mismo Senasa).
Pre juicios
Según el legislador de la Coalición Cívica, cuando se habla sobre el tema de las distancias tiene que ver más con cuestiones no técnicas y no científicas. «Tiene que ver más con algunas cuestiones casi te diría de índole político o militante y luego cuestiones digamos que tiene que ver con la producción».
También explicó que en primera instancia pensaron en reformar la ley actual. «Pero la verdad que cuando empezamos a analizarla, vimos que no había nada que sirviera y había que hacer una ley totalmente distinta. Justamente pensamos en una Ley que estuviera totalmente despojada de lo que son las cuestiones ideológicas. Una ley que garantice lo que es la salud humana, la sustentabilidad del recurso del ambiente, la sustentabilidad del recurso suelo, y garantizar la producción. Que le diera protección también a los habitantes de las zonas periurbanas y también a los productores que aplican. La verdad que fueron casi dos años y pico de laburo y salió una muy buena ley, pensada para los próximos 30-40 años. Que define claramente quién primero es la autoridad de aplicación (el Ministerio de Asuntos Agrarios)».
Ideas e ideologías
«Lamentablemente acá la ideología está por encima del sentido común», sostiene. «Muchas veces en la provincia de Buenos Aires tenés algunas ordenanzas de distancia cero y otras que llegan hasta 1.000 o 2.000 metros». Y cita el caso del municipio de Pergamino, donde por un fallo judicial se impuso una restricción de 1.095 metros dentro de los cuales no se puede aplicar. Y quedó dentro el INTA, una entidad que se encarga de hacer ensayos productivos, de probar los productos y demás, que no puede hacer prácticas agropecuarias ni ningún tipo de ensayo. También hay un Colegio Agrotécnico dentro de esa de esos 1095 metros donde los chicos que van a estudiar y aprender cosas de campo no pueden hacer prácticas porque no se pueden utilizar fitosanitarios. Hoy solo en esa zona de Pergamino quedan 6.000 hectáreas improductivas justamente por esa restricción absurda».
Productos y productividad
Según Bugallo, es como que el ambientalismo se agarró de algunas banderas ideológicas y de una imagen del campo que ya no existe más. Lo cierto es que el campo hoy está viviendo en el futuro digamos porque hoy se habla de aplicaciones selectivas, por ejemplo. El uso de drones, la inteligencia artificial, etc. Son tecnologías para producir de manera más eficientemente, con un mejor cuidado del ambiente, de los recursos de la salud humana.
También adelantó que seguramente en las próximas semanas vamos a tener el escenario abierto con las instituciones gremiales con las cámaras de productores cámaras de fitosanitarios y también con agrupaciones ambientalistas.
«Porque la idea es una discusión que queremos dar de acá adelante como política de Estado. No discutiendo casi como todas la discusiones que hacemos en Argentina por medio de una grieta donde nos tiramos de un lado del otro con frases ya hechas, sino para que debatamos qué modelo de producción queremos y que nos garantice a todos no solo la seguridad de la salud humana, sino los recursos naturales y de garantice la eficiencia en el uso de productos a través de una Ley que nos protege a todos: a los productores, a los vecinos, y a todos los ciudadanos.»