Desde el gremio plantearon incumplimientos salariales y pararon todas la plantas. Desde la cooperativa respondieron con un duro comunicado en el que «blanquean» la discusión sobre el fallido salvataje y retruca: «si se resiente la recaudación, tampoco habrá recursos para la cancelación de obligaciones de ningún tipo, incluso las salariales».

Tras la decisión de Atilra, el gremio de los trabajadores de la industria láctea, de iniciar «un plan de lucha» con cese de actividades en las plantas de Sancor, por supuestos incumplimientos salariales, desde la cooperativa emitieron un inusualmente duro comunicado en el que advierten al gremio que «si se resiente la recaudación, tampoco habrá recursos para la cancelación de obligaciones de ningún tipo, incluso las salariales». 

Según la conducción sindical, la medida se da en respuesta a que «los directivos de la cooperativa no cumplen desde hace años con las disposiciones legales salariales y en lo que respecta a los aportes y contribuciones a su cargo». Incluso denuncian que la empresa «retiene los importes, quedándose con los mismos en beneficio propio, ya que utilizan lo que se les tiene para pagarse a sí mismos».

Sin embargo, tanto en el comunicado gremial como en la respuesta de la láctea, se deduce que el motivo real del enfrentamiento pasa por el fallido «Fideicomiso financiero Sancor Láctea» (Fidulac). Atilra, uno de los actores más interesados en que prospere este «salvataje», lo menciona al señalar: «Estos directivos han dado sobradas muestras de ser incapaces y necios, y de ser quienes han llevado a una situación de quebranto a la empresa, no obstante la colaboración brindada por los compañeros durante todos estos años. Por el contario, la empeoraron y obstaculizaron permanentemente la creación del fideicomiso que era la única alternativa posible para empezar a salir adelante».

Frente a esto, el parte de la cooperativa es contundente: «pese a que transcurrieron más de dos años desde la firma de una «carta de intención», no se cumplió ninguna de esas obligaciones por parte de los terceros. Más aún, del aludido «grupo empresario» no se conoce con precisión quiénes lo integran, no existió diálogo directo con ningún potencial inversor ni hubo otra relación como no sea con quienes cumplen un rol de intermediarios técnicos».

Desde Sancor aseguran que en todo momento ATILRA «tuvo conocimiento profundo de cada una de las alternativas que se fueron suscitando y planteando». Y sin embargo, ahora, «ante la certeza de la imposibilidad de continuar el proceso (que bloquea otras potenciales iniciativas posibles para SanCor), el Sindicato emitió un comunicado en el que se realizan algunas aseveraciones y amenazas que condicionan la posibilidad de diálogo y de superación de dificultades, a la vez que paraliza la operatoria».

Luego, le plantean a sindicato que conduce Héctor «Etín» Ponce que orienten «la mirada hacia quienes llegaron con propuestas que nunca se explicaron de manera precisa, ni se identificaron a los potenciales aportantes, como tampoco se exhibieron ellos ni los recursos que prometían aportar fueron expuestos».

ATILRA plantea en su comunicado que los agremiados «buscarán yendo a sus lugares de origen» a quienes señalan como responsables de quedarse indebidamente con fondos de la empresa, en detrimento de los trabajadores.

A esto, desde Sancor respondieron que «la vehemencia y la fortaleza nunca pueden ser excusa para las amenazas personales», por lo que los convocan a un diálogo directo. Caso contrario, aclararon: «SanCor se gestiona con el flujo de fondos diarios de su operatoria, y que si se resiente la recaudación, tampoco habrá recursos para la cancelación de obligaciones de ningún tipo, incluso las salariales».

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