Durante las últimas 24 horas, la zona rural de Gálvez y unos 50 km a la redonda, recibieron la precipitación de unos 270 milímetros, que llegaron a 300 en alguna localidad. A nivel agrícola, el evento tuvo un impacto directo, sobre todo si tenemos en cuenta que durante febrero y marzo no cayó una sola gota. «Del 15 de febrero al 15 de marzo no llovió nada y la seca quemó muchos lotes de soja y maíz. Eso se llevó gran parte del rinde de sojas y maíces de segunda que no terminaron de llenar el grano. Los cultivos sembrados a fines de diciembre y principios de enero la pilotearon un poco más», dicen los referentes productivos de la zona.

Sin embargo, hay un aspecto positivo: todas las cuencas están vacías, por lo que los arroyos y las lagunas van a escurrir rápidamente, aunque los campos bajos retendrán el agua. «El suelo en estas condiciones absorbe 50/70 mm y luego se satura», coinciden.

Por fortuna, cultivos como el sorgo y el girasol ya habían terminado de cosecharse. «La campaña de maíz venía bien, con rindes arriba de los 75 qq. Promediaba el 50 % de cosecha, pero esto frenará por muchos días la trilla, para poder volver a entrar los lotes van a estar blandos y no va a haber piso x muchos días», aseguran. Además, en 15 días se inicia la cosecha de soja.

En cuanto a la ganadería de carne, el fenómeno dificulta el manejo diario de la hacienda, ya que no hay piquetes firmes para la hacienda y habrá que ingeniárselas para poder alimentar el rodeo.

Tambos

Para la producción lechera, se sabe, es preferible la sequía a la inundación. El temporal cayó en un momento clave, donde las vacas quedan encerradas en una etapa frágil, donde se están dando las pariciones de terneros. De allí que las vacas y sus crías puedan quedar a merced del impacto de partos en malas condiciones. Allí, el impacto es durísimo. «Se complicaron los verdeos de verano aunque venían con buenas producciones de pastura de alfalfa a pesar de la seca, pero esta lluvia las degrada, encharca los lotes y el pisoteo de las vacas rompe toda esa pastura».

Finalmente, todos coincidieron. El problema más grave es de la infraestructura: se cortan los caminos y no se puede sacar la producción. «De no llover en 15/20 días, la situación no será tan grave», adelantan. Es más, los más optimistas destacan que la lluvia recarga los perfiles para la producción de la biomasa de los cultivos de cobertura, y para la inminente siembra de trigo, cebada y arveja en la zona.

(Con la colaboración de los Ing. Agr. Claudio Bosco, Martín Favre y Diego Pérez)

Campolitoral

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