Se trata de la ciudad de San Cristóbal, que fuera referente nacional en materia ferroviaria, y que desde el cierre y desguace ordenado por el entonces presidente de la Nación, comenzó a sufrir una crisis laboral sin precedentes en su historia y su identidad.

El documento, publicado en las últimas horas, lleva la firma del intendente municipal, Horacio Rigo, y argumenta que «en primer lugar, cabe aclarar que el silencio de estos días se debió a que, convencidos de que nuestra sociedad debe construirse sobre el respeto absoluto por la vida de cada uno de sus integrantes, entendimos que ante la muerte debía primar el respeto por el dolor humano de quienes sintieron el fallecimiento como una pérdida».

En otro párrafo sostienen que las decisiones políticas que el Dr. Menem tomó desde la Presidencia de la Nación «implicaron dolor, frustración, y abatimiento en miles de Sancristobalenses, que durante su gobierno vieron como todo lo que habían construido durante décadas se perdía en un instante».

Según la gacetilla, muchas veces se habla de las privatizaciones solo como decisiones políticas alejadas, papeles que impactaron en un cuadro de indicadores económicos; «pero para nosotros fueron muchísimo más que eso. En San Cristóbal la privatización – y desguace – del Ferrocarril General Belgrano, se traduce en recuerdos concretos y dolorosos; en caras, nombres, historias, en hombres y mujeres que después de años se quedaron sin el trabajo para llevar el pan a su casa, en chicos y chicas que de pronto vieron como el horizonte de su futuro se estrechaba hasta casi desaparecer, en familias arrojadas a la marginalidad, en comercios que dejaron de vender, en niños pidiendo ayuda para poder alimentarse, en el dolor de cerrar emprendimientos que habían iniciado nuestros abuelos».

«Ramal que para…»

En el comunicado, afirman que en San Cristóbal la privatización del Belgrano fue un golpe al corazón del proyecto de ciudad que se había construido durante 100 años de esfuerzo y de un día para el otro decidió abortarse desde un oscuro escritorio de Buenos Aires, bajo el perverso lema “Ramal que para ramal que cierra”.

«Pasaron más de 25 años de aquel infausto 31 de Julio de 1994 – fecha que no vamos a olvidar jamás – en que cerraron definitivamente las puertas del Belgrano en San Cristóbal. Fue el día en que muchos de nosotros lo perdieron todo; pero también el día que decidimos no rendirnos y, empezar a levantarnos. Sufrimos, lloramos, peleamos, trabajamos espalda con espalda, y finalmente después de años conseguimos doblarle el brazo al destino, y reconstruir una Ciudad pujante de cara al futuro, sin olvidar el pasado».

Finalmente aclaran que «por respeto al dolor de familiares y amigos del ex presidente y a la institucionalidad, guardamos silencio durante estos días. Por respeto a los sancristobalenses que lo perdieron todo, que dieron hasta su vida, y que trabajaron durante todos estos años para superar los efectos que generó su gobierno en cada uno de nuestros hogares, decidimos NO ADHERIR al Duelo decretado por el Presidente Alberto Fernández».

 

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