La compañía Rizobacter abrió su novena subsidiaria donde proyecta alcanzar una facturación de 50 millones de dólares a mediano plazo. México es el segundo mercado de biosoluciones más grande de Latinoamérica, después de Brasil.

En los últimos años, México desarrolló una agricultura de alto valor que tiene como foco principal la producción de alimentos con destino de exportación y consumo masivo. Los productores y la industria alimenticia han aprovechado la gran oportunidad geográfica que tiene México, no solo por lo climático sino por su cercanía al mercado de Estados Unidos y Canadá. En ese sentido, los altos estándares de calidad y sustentabilidad que exigen estos consumidores le permitieron también acceder a otros mercados de gran valor como la Unión Europea y Japón. Hoy, México es el séptimo exportador de alimentos a nivel global, incluso por encima de países como Argentina y la India, pese a que su superficie cultivada es bastante menor a la de esos países.

En este contexto favorable, la empresa Rizobacter, dedicada al desarrollo y comercialización de soluciones biológicas para el agro, continúa por una senda de inversión y crecimiento. Este año logró la apertura de su novena subsidiaria en el mundo: está ubicada en México y se suma a las que ya tiene en Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia, Colombia, Sudáfrica, Estados Unidos y Francia.

Es un mercado que exporta alimentos de alta calidad y es muy atractivo para la propuesta de valor de Rizobacter, basada en la eficiencia, sustentabilidad y calidad de los insumos

destacó Franco Fiori, gerente regional de la compañía en México, Centroamérica y el Caribe. En cuanto a las exigencias productivas que implican estos mercados, Fiori explicó que los productores deben utilizar de manera estricta una lista de insumos “permitidos” para aplicar en sus cultivos. “Tenemos una gran oportunidad ya que nuestras tecnologías se encuentran inscriptas en la mayoría de esas listas”, aseguró el responsable de la filial de Rizobacter en México. Resulta importante destacar que México, después de Brasil, es el segundo mercado de biosoluciones más grande de Latinoamérica, donde Rizobacter tiene presencia con sus más variadas innovaciones.

“Sin dudas, es un mercado estratégico para el crecimiento en el corto, mediano y largo plazo”, afirmó José Cricco, vicepresidente de las Operaciones Comerciales de Rizobacter en LATAM, Europa y África. En el marco de un escenario auspicioso, desde Rizobacter proyectan alcanzar una facturación de 50 millones de dólares (entre biosoluciones, adyuvantes y nutrición de cultivos) en el mediano plazo.

“Creemos que, si bien hay expectativas interesantes en el mercado actual, serán mucho más relevantes en el futuro”, reconoció Cricco. El portfolio que ofrecerá Rizobacter en esa plaza comercial abarca bioestimulantes, biofertilizantes, biofungicidas y bioinsecticidas. También se destacan la línea de nutrición de cultivos, que incluye los fertilizantes de especialidad, y toda la paleta de adyuvantes para aplicaciones agrícolas eficientes. “Estamos muy entusiasmados por la alta receptividad que estamos logrando en distribuidores y agricultores”, remarcó Franco Fiori.

Estas tecnologías estarán dirigidas a cultivos especiales (berries, aguacates, hortalizas y vegetales, cítricos, piñas, papas, uvas, mangos y bananos, etc.), que en su mayoría tienen destino de exportación. No obstante, en Rizobacter aseguran que para una segunda etapa estarán desembarcando en cultivos extensivos como maíz, trigo, soja, arroz, garbanzo y frijoles.